miércoles, 15 de junio de 2011

1813: El Libertador es forzado a seguir el ejemplo de “El Diablo” y decreta la guerra a muerte


Bandera de la guerra a muerte. imagen: cortesía de chavez.org.ve
(Caracas, 15 junio – Noticias24) El terror, como se llamó a la más sangrienta y famosa época de la revolución francesa, no es otra cosa que un juego de niños al compararla con la crudeza de nuestra gesta de independencia, que sería reconocida oficialmente por Bolivar mediante el decreto de guerra a muerte.
Más de la quinta parte de la población de Venezuela perecería durante nuestra emancipación. En términos modernos esto equivaldría a la muerte de todos los pobladores de Caracas y sus ciudades dormitorio.
El fusilamiento de más de 300 civiles simpatizantes de la emancipación americana en Quito el 2 de agosto de 1810 llevaria a Bolívar a decir: “En los muros sangrientos de Quito fue donde España, la primera, despedazó los derechos de la naturaleza y de las naciones…
Sin embargo, para Bolívar la guerra a muerte fue una necesidad impuesta debido al trato dado a los patriotas americanos por los españoles.
El fusilamiento de más de 300 civiles simpatizantes de la emancipación americana en Quito el 2 de agosto de 1810 llevaria a Bolívar a decir: “En los muros sangrientos de Quito fue donde España, la primera, despedazó los derechos de la naturaleza y de las naciones. Desde aquel momento del año 1810, en que corrió sangre de los Quiroga, Salinas, etc., nos armaron con la espada de las represalias para vengar aquéllas sobre todos los españoles…“.
La barbarie española llegó a horrorizar a los propios monárquicos a tal punto que el abogado Francisco de Heredia, oidor y regente de la Real Audiencia de Caracas, pidió en distintas formas que cesaran las ejecuciones y según su propio testimonio, relatado en sus Memorias, un fraile capuchino de las misiones de Apure que actuaba como uno de los partidarios de Monteverde, exhortó en una ocasión “…en alta voz a los soldados, de siete años arriba, no dejasen vivo a nadie…“.
Antonio “El Diablo” Briceño decide seguir el ejemplo del bastión libertario de la época, Haití, cuyo el modelo de revolución había decretado la guerra a muerte a los franceses
Ante esta realidad Antonio “El Diablo” Briceño decide seguir el ejemplo del bastión libertario de la época, Haití, cuyo modelo de revolución había decretado la guerra a muerte a los franceses, es decir de exterminio total de los opresores.
Es así como el 16 de enero de 1813 realiza una proclama en cuyo primer objetivo declara destruir en Venezuela la raza maldita de los españoles europeos, en que van iclusos los isleños de Canarias…Ni uno solo debe quedar vivo“. En dicha proclama se establecía la confiscación de los bienes de los españoles, los cuales serían distribuidos entre quienes se alistasen con él para libertar a Venezuela y se fijaba igualmente un procedimiento de ascensos militares basado en el número de españoles que lograse matar cada miembro de su ejército… necesitando como prueba la cabeza de los españoles muertos.
Bolívar reflexiona sobre el trato que ha dado la corona a los patriotas, su crueldad manifiesta, y la falta de identidad de los criollos para con la causa independentista y llega a la conclusión que su única salida es forzar la polarización
En principio esto le pareció atroz a Bolívar, quien a pesar de confirmarlo como coronel de caballería en Cúcuta le recomienda que no siga ese camino. Sin embargo una vez asumida la jefatura de la plaza de San Cristobal “El Diablo” fusilará a dos españoles al desobedecer sus órdenes y sus cabezas son enviadas como regalo: una para Bolívar y otra para el coronel Manuel Castillo.
Este acto le costaría la comisión a Briceño, quien desconoce la orden de Bolívar de regresar a Cúcuta y sale a darle cacería a la fuerza realista liderada por el comandante español Yáñez. Sin embargo este embosca al Diablo y lo hace prisionero.
Mientras tanto, en Cúcuta, Bolívar reflexiona sobre el trato que ha dado la corona a los patriotas, su crueldad manifiesta, y la falta de identidad de los criollos para con la causa independentista y llega a la conclusión que su única salida es forzar la polarización entre “nosotros” y “ellos”, Americanos y españoles, crear una identidad y un arraigo americano. Esto, aunado a responder con igual crueldad a las acciones cometidas por sus enemigos, lo lleva a una sola conclusión: el decreto de guerra a muerte.
Es así, por ironías del destino que Bolívar firma el decreto de guerra a muerte el mismo día que es fusilado Antonio Nicolás Briceño, “El Diablo” quien de una manera atroz daría el ejemplo a seguir.

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