Imagen cortesía de guadalupe-antioquia.gov.co
Muere Colón enfermo de gota y desesperado porque los reyes no le restituían los privilegios que había obtenido en 1492, ya que se sospechaba que había cometido actos de corrupción y de apropiación indebida de bienes de la corona. En su testamento le deja todo a su hijo Diego y le encarga que se ocupe de Beatríz Enriquez, su amante y de su hijo con ésta, Diego.
Según las fuentes más confiables sus restos fueron enterrados en la Cartuja de las Cuevas, en Sevilla; pero 30 años más tarde en 1536, son trasladados a la Catedral de Santo Domingo. Pasan los años y las cenizas del Almirante van a dar a la Catedral de la Havana en 1795. Finalmente en 1899 las llevan a la Catedral de Sevilla, donde se le ha hecho un soberbio monumento. Las dudas continúan porque hay quienes aseguran que los verdaderos restos siguen en Santo Domingo.
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